miércoles, diciembre 21, 2005

 

¿Bocadillo para el populismo?

Jorge Eduardo Gracia, El Norte

Durante décadas padecimos en México ciclos que nos hacían caminar dos pasos hacia adelante y uno para atrás. La economía no lograba salir de un círculo de crecimiento con inflación - sobrevaluación del peso - déficit externo abultado - devaluación - recesión, para después volver a iniciar el ciclo.

Los elementos que alimentaban este círculo eran unas finanzas públicas deficitarias y un Banco Central que actuaba de comparsa del Poder Ejecutivo, monetizando los faltantes del erario. Habría que resaltar errores trágicos como la política monetaria de 1994, cuando a Banco de México le pasó de noche que las tasas de interés en dólares iban al alza y permitió de forma increíble la pérdida de las reservas internacionales al no reaccionar al ciclo monetario de Estados Unidos.

Eso es el pasado. La ortodoxia vigente se refleja cada vez con más claridad en los indicadores. A continuación presento algunos de los principales avances en materia financiera que la economía mexicana ha logrado:

1.- Ordenamiento de finanzas públicas. Después de haber alcanzado un faltante entre ingresos y egresos de 6.4 por ciento del PIB en 1999, el déficit público -en su métrica de requerimientos financieros del sector público- se reduce a un estimado de 2.4 por ciento para el 2005 y se perfila hacia una reducción adicional en el 2006.

2.- Reducción del déficit externo. La diferencia entre importaciones y exportaciones de mercancías y servicios (cuenta corriente) representa el monto de capital externo que la economía requiere para financiar su inversión. Un déficit de cuenta corriente abultado significa alta dependencia hacia el capital externo para crecer, con el riesgo de que éste deje de llegar y se obligue a la economía a efectuar frenos bruscos como sucedió en los 70, 80 y 90. Para ubicarnos en magnitudes de requerimientos de financiamiento externo, el déficit de cuenta corriente en 1975 fue de 5.1 por ciento del PIB, en 1981 de 6.3 por ciento y en 1994 de 7 por ciento. El déficit actual es de sólo 0.7 por ciento del PIB.

No puede soslayarse que la significativa disminución del desequilibrio externo está parcialmente explicada por el aumento en los ingresos petroleros y de remesas. Sin embargo, aún descontando los efectos de estas partidas, los niveles de déficit externo son mucho menores a los registrados en los periodos de crisis del 81 y el 94.

Esta posición holgada de la balanza de pagos deja a la economía mucho menos vulnerable a cambios en la liquidez internacional o a interrupciones de los flujos de capital.

3.- Inflación convergente. La independencia de Banco de México se ha respetado, ya no es la caja grande del Gobierno federal. El Banco Central ha mostrado sensibilidad para reaccionar al ciclo de alza de tasas en dólares, lo que evita la repetición de corridas contra el peso y su consecuente efecto alcista sobre los precios. Llegar a inflaciones similares a las de Estados Unidos significa dejar atrás la necesidad de ajustar paulatina o violentamente la paridad para recuperar la competitividad de la moneda. En el mediano plazo, las tasas de interés deberían reflejar una menor prima por la reducción del riesgo cambiario.

4. Sistema financiero saneado. Después de la interrupción del crédito por la crisis financiera que inicia en diciembre del 94, el financiamiento interno al sector privado vuelve a aparecer en escena como un factor de apoyo al desarrollo. Aún está en etapas incipientes y el crédito al aparato productivo es notoriamente insuficiente, sin embargo, el potencial es grande si tomamos como referencia el crédito otorgado al sector privado en otros países latinoamericanos. La disminución de la inflación y de las tasas de interés seguramente contribuirán a la expansión del financiamiento.

Oportunidades. El nuevo paradigma financiero de la economía mexicana puede convertirse en una sólida plataforma de desarrollo para el siguiente sexenio. Partir de una base con finanzas públicas ordenadas, mínimo déficit externo y baja inflación, será un regalo de lujo para el siguiente inquilino de Los Pinos.

No obstante, convertir la fortaleza financiera en mayor crecimiento requerirá romper el cerco que la política le ha impuesto a la economía. Avances en la apertura del sector energético a la inversión privada, en tasas de ISR a niveles más competitivos, mayor recaudación tributaria y un mercado laboral más flexible, entre otros temas, dejarían al sector real de la economía en posición de aprovechar la fortaleza financiera que se ha construido en los últimos años.

El gran riesgo. Existe el otro escenario, en el que un régimen inclinado hacia el populismo podría aprovechar la fortaleza para desbordar el gasto público e impulsar el crecimiento económico, con efectos relativamente menores sobre las variables financieras en el corto plazo, precisamente por el colchón que dejará este sexenio.

La aparente mejoría económica validaría política y socialmente al nuevo régimen, y abriría la puerta a medidas de fondo (nacionalistas, paternalistas, justicia social administrada por burócratas, etcétera) que terminarían por volver a debilitar las bases financieras de la economía, y nos regresarían una vez más a los ciclos de dos pasitos para adelante y uno (o tres) para atrás. La carga de las pensiones sobre las finanzas públicas en el mediano plazo vuelve aún más peligroso este escenario.

2006. Es deseable que la ortodoxia económica se mantenga en el largo plazo. Sin embargo, su sostenimiento pasa por las urnas. Por más que queramos pensar en la división de Poderes, en un Congreso dividido o en la autonomía de Banco de México como diques a un eventual desvarío de la política económica, mi impresión es que si los vientos soplan a la izquierda o hacia atrás, el barco se va a mover en esa dirección.

Dejarle la mesa puesta al siguiente es una gran oportunidad de despegue económico, o un regalo que podría ser aprovechado a partir del 2007 para regresar a un modelo que ya probó su ineficacia en el pasado.

El autor es socio director de EconoFinanzas, su e-mail es: jgracia@econofinanzas.com

 

Escenarios

Sergio Sarmiento, El Norte

"Nunca profetices. Especialmente acerca del futuro". Mark Twain

Yo no sé quién ganará la elección presidencial del 2 de julio de 2006. Pero sí sé que lo más seguro es que el resultado sea muy cerrado. La diferencia entre el primero y el segundo lugar difícilmente será superior a tres o cuatro puntos porcentuales. Y lo más probable es que el tercer lugar no quede tampoco demasiado alejado de los dos primeros.

Un resultado estrecho hace más posible que surja algún conflicto poselectoral. El escenario en que este conflicto sería más probable sería uno en que Andrés Manuel López Obrador quedara en segundo lugar. El candidato del PRD ha venido ya haciendo trabajo para cuestionar el resultado en esa situación. Ha descalificado al IFE en varias ocasiones como árbitro de la contienda. De esta manera, si gana, podrá argumentar que lo hace a pesar del IFE; y si pierde, se lo atribuirá a un complot entre el IFE, el gobierno del Presidente Vicente Fox y quienquiera que sea el ganador.

Un triunfo de López Obrador no tendría problemas de esta naturaleza. El PAN podría quizá cuestionar la legitimidad de un triunfo de Roberto Madrazo, por las movilizaciones que el PRI puede llevar a cabo el día de la elección especialmente en los estados gobernados por el tricolor, pero es improbable que ponga en tela de duda la legitimidad de una victoria del PRD.

Hay razones para pensar que los mercados financieros nacionales, los cuales están terminando un año magnífico en este 2005, enfrenten turbulencia el año que viene como consecuencia del proceso electoral. A pesar de las declaraciones de dirigentes empresariales -e incluso del propio Secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow- de que aceptarán sin chistar un gobierno de izquierda, las dudas en torno a López Obrador entre los inversionistas son demasiado importantes para que se descuente con facilidad un triunfo suyo. No se puede negar que hay un "factor AMLO" que pesará negativamente sobre los mercados en el 2006 como hubo un "factor Lula" en Brasil durante la campaña presidencial del 2002. En el caso de Brasil, el nerviosismo no terminó sino hasta que el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva escogió a un gabinete moderado y tomó medidas que demostraban que gobernaría con políticas sensatas y respetando las reglas del mercado.

Los inversionistas entienden que Andrés Manuel no es un Hugo Chávez ni un Fidel Castro. Se dan cuenta también de que el sistema político y jurídico mexicano hace virtualmente imposible que un Presidente se convierta en un caudillo, modifique la Constitución y permanezca indefinidamente en el poder como Chávez o Castro lo han hecho. Pero también se percatan de que López Obrador no es parte de esa izquierda moderna que en España representaba, por ejemplo, Felipe González, y que en Chile se ha expresado en el gobierno de Ricardo Lagos. No es, por lo pronto, la izquierda capaz de impulsar las reformas de mercado que el país necesita.

Si hay un conflicto poselectoral el nerviosismo de los inversionistas nacionales e internacionales aumentará de manera significativa. Después de la tormenta la crisis se superará, como tantas veces ha ocurrido en el pasado, pero tendrá de cualquier manera un costo político y económico. Podríamos vivir de nuevo una crisis sexenal.

Lo más probable es que quienquiera que sea Presidente a partir del 1o. de diciembre de 2006 no tenga mayoría en el Congreso. Se espera que la legislatura esté dividida en tercios. Esto hará más difícil gobernar para cualquiera. Cualquier reforma, aun las que no requieran un cambio constitucional, requerirían de acuerdos entre cuando menos dos de los tres principales partidos.

Si Felipe Calderón es Presidente, enfrentará problemas similares para impulsar una agenda de reformas a los que ha tenido Vicente Fox en este sexenio. Cuando fue coordinador de los diputados federales del PAN, Calderón no fue precisamente un buen negociador. Pero, además, la oposición ideológica del PRI y del PRD a las posiciones de un gobierno panista, cualquiera que sea, sigue siendo enorme. A los legisladores de ambos partidos les cuesta un enorme trabajo aceptar una agenda de reformas de un panista.

Madrazo y López Obrador en la Presidencia tendrían, a mi parecer, mejores posibilidades de lograr acuerdos con los partidos de oposición en el Legislativo. Madrazo, sin embargo, enfrentaría el rechazo que los perredistas le han manifestado siempre. Andrés Manuel sería el Presidente que gozaría de mayor facilidad para forjar una alianza estable en el Congreso ya que el ala populista del PRI, la cual sigue siendo muy fuerte, se identifica con la retórica del tabasqueño.

Los escenarios son complejos, pero casi todos apuntan a que en el próximo sexenio, después de un periodo de turbulencia, seguiremos viviendo la parálisis política y legislativa que hemos tenido desde 1997.

Cumplir la Ley

Tiene razón Mariano Azuela, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Si los fallos del Poder Judicial no son respetados por los políticos o por los procuradores, lo único que lograremos será generalizar el incumplimiento de las leyes. Si había que darle una solución al desacato de Andrés Manuel López Obrador, ésta debió haberse mantenido dentro de la ley. La simple negativa de la PGR a acatar el fallo de los tribunales es un precedente inquietante para todos los mexicanos.

sergiosarmiento@todito.com

jueves, diciembre 15, 2005

 

El Populismo, sus Efectos y Consecuencias

Por: Ing. Manuel Aguirre Botello
http://www.mexicomaxico.org/Voto/DevInf.htm

¿Que es el Populismo?
Lo más probable es que yo no sea la persona indicada para dar la definición, pero me vino a la mente una de las preguntas que de adolescente me hacía con harta frecuencia: ¿Que es la Electricidad?. Mas cuando entré a la Prevocacional, hace más de 50 años, mi profesor del Taller de Electricidad nos dio una definición."La Electricidad es un fluido magnético cuya presencia no es explicable, pero que conocemos a través de sus efectos"
¡Pues vaya definición!, años después en la ESIME aprendí y entendí hasta cierto punto, lo que es en realidad la electricidad, pero aquella definición práctica de lo que era, según aquel profesor, nunca la olvidé. Y vaya que conocí a la electricidad a través de sus efectos, primero cuando en las prácticas del taller la percibí maravillosamente haciendo posible el luminoso encendido de los focos, de acuerdo al tipo de conexión que realizaba. Esa era la cara bonita de la electricidad. Pero también conocí sus efectos directos sobre mi cuerpo, pues cuando el profesor "probaba si había corriente" usaba sus curtidos dedos para tocar los cables, sin embargo el día que tuve la ocurrencia de emularlo, conocí el efecto más negativo y peligroso de aquel "fluido magnético".
El choque eléctrico que recibió mi cuerpo a través de mis dedos, casi de niño pues tenía 13 años, me dejó aturdido y con un recuerdo imborrable, que me enseñó desde entonces que a la electricidad debía de respetarla y manejarla con muchas precauciones.

¿Que maravilla verdad?
Pues ahora resulta que al Populismo aunque no pueda definirlo y explicarlo de manera cierta (dejémoslo para los intelectuales) por el contrario lo conozco muy pero muy bien ¡a través de sus efectos!
Pero además de manera coincidente, el Sr Luis Rubio (uno de los intelectuales) escribió un artículo "Recuerdos encontrados del Populismo" en el diario Reforma del 22 de mayo del presente, en el cual nos recuerda que al igual que la Electricidad, el Populismo también tiene dos caras y que hay quién lo recuerda por su cara bonita y hay quien lo recuerda por su cara fea, pero que además no es usual que las personas asocien ambas caras en sus recuerdos y eso es un grave error.

¿Cual es la cara bonita?
Bueno, si ustedes han leído la explicación y han visto la tabla de Salario Mínimo - Inflación, habrán observado como durante el sexenio de Luis Echeverría se hizo crecer "artificialmente" el poder adquisitivo del mencionado salario mínimo, hasta un 42% por arriba de la Inflación en su último año de su gobierno. Toda la clase trabajadora estaba felíz, después de todo que importaba si se venían abajo las reservas internacionales y que importaba si el dólar se volvía mas caro, después de todo ellos ni utilizaban los dólares. La fiesta era en grande, todo mundo tenía dinero y eso era lo importante. Que la Inflación ya galopaba rumbo al infinito, pero que importa, si los salarios crecieron muy pero muy por arriba de ella.
Bueno, hagan de cuenta la fiesta de los "viejecitos" de López Obrador, hoy todos ellos están super felices, a quién le importa de donde va a salir el dinero para cubrir sus pensiones, pues de hecho son pensiones universales. Si le preguntas ahora a cualquiera de ellos, de donde saldrá el dinero para cubrirlas en el futuro cuando cada vez haya más y más "viejecitos" indiscriminadamente escucharás: -No sean aguafiestas por favor, apoyen a AMLO, imaginen si eso hizo como "Jefe", que tanto más hará como "Presidente"-.Esa es la parte bonita del Populismo, esa es "la fiesta".
Por desgracia la riqueza de un país no se incrementa por decreto, la riqueza de un país se forja con trabajo continuo y con programas inteligentes de gobierno. No debemos engañarnos, no se puede repartir lo que aún no tienes.

¿Cual es la cara fea?
Pues no es muy difícil de explicar, la misma tabla Salario Mínimo - Inflación , te da la respuesta, tan solo basta recorrer hacia abajo año tras año y observar que fue lo que pasó. ¿Sabes? el crecimiento desproporcionado de la Inflación, acabó con la fiesta. Todavía López Portillo intentó continuar "la fiesta" populista pero acabó por explotarle en 1982, cuando la crisis nuevamente nos alcanzó. Al final de su sexenio aquel salario mínimo 42% arriba de la inflación que dejó el populista Echeverría, no solamente se perdió, sino que ya estaba, por primera vez en más de 30 años, ¡4% por debajo de la inflación!Ese era apenas el inicio de la parte fea del Populismo, nos faltaba ver como aquella orgía de gasto desenfrenado le habría de explotar a De Lamadrid y aún cuando el no lo quería ver así "el país se le deshizo entre sus manos". No era su culpa directa, dos gobiernos populistas, nos habían llevado al extremo, ahora era tiempo de pagar los gastos generados por "la fiesta". Vean nuevamente la tabla y para fines de sexenio de Miguel de Lamadrid, en 1988 el salario mínimo había perdido el 45% de su poder adquisitivo. Irremisiblemente se había quedado por detrás de la Inflación.
¿Sabes quienes dependían del Salario Mínimo? Si claro está, las clases más pobres y desprotegidas, aquellas que alguna vez Echeverría prometio sacar de su atraso ancestral.
Esa es la cara más fea del Populismo.
La caída del poder adquisitivo siguió y siguó. Salinas no la pudo parar y una nueva crisis le explotó a Zedillo en 1994. Hoy el Salario Mínimo de 2005, no compra arriba del 35% de lo que compraba en 1970.

¿Es esa la justicia social que merecen nuestras clases más pobres?
El Populismo es así y lo conocemos muy bien a través de sus efectos, al igual que una vez aprendí que con la Electricidad que tanto significó en mi vida, sucede lo mismo. Pero hay algo más que los define, el Populismo al igual que la Electricidad, son en verdad peligrosos, no cabe duda deben ser manejados con excepcional cuidado y extremo respeto.¿Recuerdan el símbolo de peligro y la calavera que utilizamos en zonas eléctricas peligrosas que manejan altos voltajes?, por favor no dejen de poner la misma "calaca" a la vista de los que apoyen el Populismo.

Hace unos meses Eloísa Morales me envió un mensaje por correo electrónico, ella trabajó en PEMEX y está decepcionada de lo que sucede en este país, les reproduzco su mensaje pues resulta muy ilustrativo:

· LEI SUS ARTICULOS CON MUCHO DETENIMIENTO Y ME PARECEN MUY ACERTADAS SUS CONCLUSIONES, SIN EMBARGO SI LE ES POSIBLE QUISIERA QUE ME HICIERA EL FAVOR DE DESPEJARME ALGUNAS DUDAS.
1,.¿CUAL ES SU CONCEPTO O A QUE LE LLAMA UN GOBIERNO "POPULISTA"?, LO MENCIONO PORQUE ASI CALIFICA A LA "DOCENA TRAGICA"
2.- ¿SI LOPEZ MATEOS FUE SEGUN LO PUDE PERCIBIR, EL MEJOR CALIFICADO EN SU ESTUDIO, Y EN LO QUE ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO, NO LO CONSIDERA A EL POLÍTICAMENTE HABLANDO DE CENTRO IZQUIERDA?
3.- DE SER ASI, ¿POR QUE CONSIDERA NEFASTO A CARDENAS? Y AUNQUE NO LO MENCIONA DEBO SUPONER QUE LOPEZ OBRADOR MERECE IGUAL CALIFICATIVO.
4.- POR ULTIMO Y DESEANDO ME SAQUE DE MI DUDA, ¿EN SU PARECER QUE ES MAS DAÑINO A LA ECONOMIA DE MEXICO, UN GOBIERNO POPULISTA O UN GOBIERNO NEOLIBERAL?, PORQUE SEGUN PUDE APRECIAR AMBOS NOS DEJARON EN LA RUINA.

Lo que sigue es lo que le contesté:

· Hola Eloisa:Gracias por tu mensaje y tus comentarios, en verdad son muy interesantes.Precisamente estoy a punto de escribir sobre los 4 Años del Gobierno de Fox y quizá después escriba sobre AMLO y así podremos hacer las comparaciones que nos permitan a todos, aclarar las dudas.

Sin embargo en términos generales e independientemente de izquierda, centro o derecha, lo fundamental es que un gobierno del signo que sea, no gaste más de lo que tiene y no siga endeudando a nuestro país. Los gobiernos populistas, son muy dados a ésto, los ejemplos han sido Echeverría, López Portillo y Salinas de Gortari y ahora López Obrador que gasta mucho y sigue endeudando al Distrito Federal. Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles fueron iguales, gobiernos populistas, que hicieron crecer la deuda del D.F. y que ya excede de 40,000 millones de pesos.

El gobierno de izquierda de Chile, no es populista a pesar de su signo, e incluso otros gobiernos de Europa están en el mismo caso como España. La economía de Chile es la mejor colocada (lugar 19 en competitividad mundial) de Latinoamérica. Sólo gasta lo que le permite su presupuesto y su deuda es tan manejable que tiene clasificación internacional "A" y el riesgo país mas bajo del continente por abajo de los 100 puntos.

México hoy en esa materia y con Fox, no está tan mal. Pero ya comentaremos de ello, el problema de Fox ha sido no saber reactivar la economía interna, para crear fuentes de trabajo. Ese fue su más grave error.

La respuesta de Eloísa no se dejó esperar, vean que interesante es hacer caso al sentido común:

· Muchas gracias por su contestación en verdad más explícita no pudo ser, "no gastes lo que no tienes", buena filosofía indiscutiblemente, ¡hasta CRI CRI en uno de sus famosos cuentos la recomendaba!, cuando un personaje llamado Ditirambo Farfulla (un publicista) que visitaba el país de los sueños le preguntase a CRI CRI que quien era la persona mas rica de ese lugar y el mismo CRI CRI sabiamente le contestó:"Yo soy rico, gasto menos de lo que gano y siempre me sobra". es una anécdota de mi niñez que gracias a mi padre que nos compró los discos y cuentos de CRI CRI la escuché ...

CONCLUSIONES:
Atrás quedaron tres crisis económicas que nos condujeron a bruscas devaluaciones de la moneda, 1976, 1982 y 1994. No han sido las únicas, otras más nos alcanzaron y aún las recuerdo bien, en 1948 con Miguel Alemán y después el "chicotazo" a la economía del Sábado de Gloria de 1954 con Ruiz Cortines. Cualquiera diría que ya habríamos aprendido la lección y que conociendo las razones que las producen y además sus nefastos efectos y consecuencias, nunca más debieran volver a presentarse. Pero sobre todo sabiendo que los principales beneficiados de esas crisis, han sido siempre y de manera recurrente nuestros acreedores, nacionales o extranjeros, a quienes hemos tenido que pagar con muy altos intereses, las onerosas deudas contraidas. Véase Lo que Pudo Ser, Deuda Externa en este mismo sitio.
Por si esto fuera poco, bien sabemos que las crisis nos han empobrecido al extremo de que los gobiernos actuales tienen comprometido y por anticipado un alto porcentaje del presupuesto que manejan, para poder cubrir todo tipo de deudas que de una u otra forma y por mala administración, hemos ido acumulando. Ya no se trata nada mas de la deuda externa, también la interna y agréguese el Fobaproa y los fondos de pensiones y el rescate de las carreteras y los Pidiregas y quien sabe cuantas deudas más tenemos contraidas, que nada más de recordarlo nos estremecemos, quizá no tanto de miedo, como de coraje y de rabia.
Hoy nos encontramos, aparte de decepcionados del comportamiento de casi todos los políticos y sus correspondientes partidos, apenas a un paso de volver a elegir un nuevo gobernante, pero que triste es ver que casi no se habla de cancelar las deudas lo más pronto que se pueda y por el contrario se hacen planes de crecimiento y desarrollo basados en la construcción de obras públicas, para las cuales no tenemos dinero.

¿Como puede ser posible?
Apenas hace unos meses escuché a Vicente Fox hablar con extrema sensatez y reconocer la necesidad de mantener la estabilidad económica de nuestro país, pagando los vencimientos de la deuda externa de 2005 y de 2006 por anticipado. Que buena noticia, después de todo podríamos juzgar a Fox de muchas cosas, pero nunca de que nos haya fallado en la disciplina financiera y control del gasto público.Párrafos arriba, hablaba del sentido común y de los comentarios de Eloísa en relación con la filosofía de los cuentos de Cri-Cri. Que gran verdad es esa y sin embargo parece ser que lo que nos sucede a nivel país, también nos sucede a nivel empresa y a nivel persona. No podemos negarlo, somos muy dados a contraer deudas, muchas veces muy a la ligera.Si lo analizáramos un poco más, quizá iríamos cambiando nuestra pésima costumbre de comprar y gastar de manera compulsiva. Muchos dicen que analizar las finanzas de un gobierno es muy distinto del análisis de las finanzas de una persona, pero yo no lo veo así. Definitivamente es mucho más difícil manejarlas, pero al final el resultado es el mismo. Muchos, la mayoría, de los que leen estos párrafos somos ciudadanos comunes, no especialistas en Economía y por lo mismo comprendemos mejor nuestros problemas financieros cotidianos, pero se nos dificulta entender, por lo mismo, las complicadas maniobras macro económicas que realizan los gobiernos.
Sin embargo todos hemos manejado una tarjeta de crédito y hemos conocido su doble cara, la extraordinaria herramienta que nos permite comprar a crédito (limitado) casi todas las cosas que necesitamos y la dolorosa experiencia de ver que se convierte en fuente ilimitada de cargos por intereses sobre intereses, cuando nos atrasamos en los pagos.El crédito que manejan los países es igual, una extraordinaria herramienta que les permite conseguir capitales para realizar proyectos autosustentables, pagándolos en tiempo con el retorno de utilidades que generan dichos proyectos, pero a la vez muy peligrosa forma de financiar proyectos que no retornan la inversión. Es entonces cuando los gobiernos van acumulando problemas financieros y las deudas, al igual que sucede con las tarjetas de crédito acaban por volverse inpagables y debe de renegociarse la deuda. No se necesita se muy diestro en finanzas para entender que a los Bancos les conviene que los tarjeta habientes se atrasen en los pagos de sus tarjetas y que luego se vean en la necesidad de renegociar en condiciones muy desventajosas.
Bueno pues eso es lo que pasa a nivel país, si se endeuda sin orden ni concierto, tarde que temprano caerá en la renegociación de la deuda y hasta en la suspensión de pagos a los acreedores. Lógicamente las condiciones de pago se vuelven excesivamente onerosas, el país queda catalogado como poco formal en sus pagos y el "riesgo país" de su deuda soberana se eleva y por lo mismo las tasas de interés a las que recibirá los nuevos préstamos.

El sentido común que denota la anécdota de CRI CRI que nos relató Eloísa, es en verdad extraordinario: "Yo soy rico, gasto menos de lo que gano y siempre me sobra". Es verdad que para muchas personas en la actualidad y en la práctica, esto les resulta imposible. ¿Pero que tal para los países?, es un excelente consejo.Digamos que es el caso contrario del Populismo y me imagino que es equivalente a lo que denominan Disciplina Fiscal. Cuando sobra dinero existe un Superavit Fiscal.Pues bien, México como ya dijimos es un país altamente endeudado, pero cruza por una etapa relativamente buena desde el punto de vista de ingresos de divisas: el petróleo nos lo compran muy por arriba del precio establecido en el presupuesto, las remesas de los migrantes son las más altas de la historia, los ingresos por turismo extranjero son buenos, las exportaciones están en un buen nivel, se ponen a la venta las empresas públicas no estratégicas y por lógica las reservas internacionales de divisas que posee el gobierno son las más altas de la historia.
Podríamos decir que la coyuntura es ideal para realizar un programa inteligente de reducción de las deudas nacionales.

¿Pero porqué me atrevo a decirlo?
A ver, volvamos al tarjetahabiente, analicemos el caso bastante frecuente del individuo que gastó más de lo que podía y debía gastar y ahora se encuentra endeudado hasta los topes y no encuentra la forma de salir del agujero negro en que se ha metido.¿Que aconseja el sentido común?No hay vuelta de hoja renegocia tus deudas y págalas, es la única solución razonable. Cualquier otra sería absurda y suicida. Con frecuencia escuchamos y vemos caras felices de hombres y mujeres que nos dicen "ya limpié mi tarjeta, no te imaginas que bien me siento".
Pareciera que el gobierno de Fox está pensando así, quieren tener una transición de gobierno suave y sin sobresaltos económicos, por eso están adelantando el pago de las deudas. Eso es magnífico, pero quizá no suficiente.
Pero que tal si alguno de los precandidatos se decide a hablarnos en ese tono: -vamos a sacar al país del bache en que ha caído, nuestra prioridad número uno será pagar las deudas por adelantado o renegociarlas a tasas más bajas, nuestra prioridad dos será resolver antes que otra cosa el problema de los fondos de pensiones... etc. etc. -Claro está no podemos hablar ahora de obras públicas, sería prematuro si no tenemos dinero para construirlas y desde luego adelanto que no vamos a pedir dinero prestado -.Disculpen pero ya me parece escuchar a mis hijos diciéndome: "Ay papá, tu y tus sueños mafufos"

En el año 2000, cuando Fox llegó al gobierno se mostró sorprendido cuando supo que de cada peso que recibe el fisco, 87 centavos estaban comprometidos por adelantado y solamente 13 centavos eran suceptibles de ser invertidos. Resultaba inverosímil pero era la triste realidad.
Sin embargo Fox no inició un plan de austeridad, ni buscó la manera de reducir la evasión fiscal y si por el contrario insistió y volvió a insistir en aumentar el IVA en alimentos y medicinas como primera opción.

Antes de concluir quisiera puntualizar en relación al Populismo.
Las cifras que se expresan en la Tabla Inflación-Salario Mínimo, que aquí se publican, son datos reales, oficiales e irrebatibles. Allí está reflejada año por año nuestra desgracia mayor: la pérdida del poder adquisitivo y por lo tanto el empobrecimiento de las clases más pobres y necesitadas. Esa ha sido la mayor injusticia que se ha cometido en este país y todo comenzó cuando un presidente quiso torcer las reglas básicas de la economía. Crecer de manera acelerada, pero dejar la inflación sin control, gastar dinero en exceso y cubrir el faltante con deuda y aumentar los salarios por decreto y muy por arriba de la inflación. Por si fuera poco acabó enfrentando y polarizando a la clase empresarial con el gobierno. La fiesta terminó pronto y la caída resultó estrepitosa.

Habemos algunos que creemos que la crisis es la misma que se inició en 1971 y de la cual todavía no podemos reponernos. Por favor no permitamos que una situación similar vuelva a repetirse.

http://www.mexicomaxico.org/Voto/DevInf.htm

miércoles, diciembre 14, 2005

 

Chávez y López

Por Salvador Kalifa, El Norte

Ver y oír al Presidente Hugo Chávez de Venezuela confirma porqué América Latina no ha podido cerrar la brecha de ingreso y productividad que la separa de Estados Unidos desde hace más de cien años. Este personaje utiliza el mismo discurso y los mismos argumentos que diferentes caciques, dictadores y políticos de nuestros países han esgrimido por décadas, haciendo abrigar esperanzas falsas a una población sufrida y desmotivada, siempre en espera de un redentor milagroso que la saque de la miseria y el rezago económico en el que se encuentra.

La versión mexicana de ese espécimen de político mesiánico cautivador de masas la encontramos en el señor Andrés López, quien aprovecha cuanta oportunidad se le presenta para azuzar la lucha de clases en nuestro País, al abusar hasta el cansancio de un discurso donde todo lo plantea a la luz de "nosotros los pobres" y "ustedes los ricos".

Las fórmulas de Chávez son las mismas que utiliza en nuestro País López, quien seguramente se murió de ganas por aparecer junto con Maradona y Chávez en la Contra Cumbre de las Américas, compartiendo un discurso demagógico y cautivador, pero al mismo tiempo hueco y sin sentido económico alguno.

Para estos personajes siempre es importante verse como una víctima, para ganar así la simpatía del pueblo. Chávez lo hace con el petate de una "inminente" invasión del suelo venezolano por el imperialismo yanqui, mientras que López se esmera en presentarse ante la población como una persona boicoteada por el IFE y la Suprema Corte de Justicia, así como amenazado de muerte por fantasmas del internet. Se trata, a fin de cuentas, de una víctima inocente a punto de ser devorada por las fauces de un ogro poderoso, sea este el Gobierno de Estados Unidos en el caso de Chávez en Venezuela, o las oligarquías política y empresarial en el caso de López en México.

No hay duda que hasta ahora esas actitudes les han ganado a ambos personajes una amplia popularidad en sus respectivos países. Chávez se ha sostenido, gracias a los precios elevados del petróleo, por más tiempo del que hubiera sido posible en otras circunstancias; mientras que la imagen mesiánica de López crece ante la ineptitud del Presidente Fox y las condiciones mediocres en las que se encuentra la economía.

Estos líderes carismáticos hacen promesas redentoras y utilizan los recursos del Estado y sus instituciones para distribuir bienes y servicios a sus electores de manera de mantener y expandir su base de poder. La tradición jerárquica de América Latina hace que estos personajes se presenten como la "encarnación" de la voluntad popular, y se erijan como sus defensores contra quienes la amenazan.

El populismo debilita a las instituciones sociales, entre las que se encuentran el Poder Judicial, el Congreso y las propias autoridades del Ejecutivo. Chávez es un ejemplo evidente de esto, pero López no se queda atrás con su desafío de las instituciones, comenzando con su desacato cuando fue Jefe de Gobierno a aplicar el SUVA en el Distrito Federal, hasta sus enfrentamientos con el Poder Judicial.

Los mensajes económicos de Chávez y López se centran en tratar de darles a los ciudadanos una falsa impresión demagógica de las políticas económicas de mercado, incitándolos a rechazar las reformas estructurales y el "neoliberalismo".

La demagogia es un método para convencer a un auditorio de un hecho falso apelando al sentido común de la persona. La demagogia no es necesariamente mentira, ya que no usa datos falsos directamente, pero en su lugar manipula con desinformación a un público ingenuo para que llegue a esa conclusión. Un demagogo es un líder político que apela a los sentimientos del público mediante el uso de la retórica y la propaganda. Hugo Chávez y Andrés López son demagogos.

La preocupación más importante en relación con los personajes populistas no es su abuso de la retórica demagógica que dice colocar al "pueblo" y las "masas" por encima de las élites "explotadoras", sean éstas los burgueses acaudalados, las autoridades actuales o los miembros de un partido político; sino más bien el tipo de medidas económicas que utilizan para supuestamente lograr sus objetivos y cumplir sus promesas.

El populismo económico en su uso actual significa simplemente el lenguaje político que ofrece la utilización de la política económica, como por ejemplo, el gasto público o el uso de subsidios a los bienes de consumo popular, para mejorar el bienestar de las masas. Los desastres económicos ocurren precisamente cuando se generaliza la intervención gubernamental con la ilusión de que es una panacea que corrige todos los males, mientras que, al mismo tiempo, se bloquea por distintos medios la operación de los mercados.

El desdén por la economía de mercado en el PRD quedó claro en las palabras de su vocero, Gerardo Fernández Noroña, quien al referirse el 7 de noviembre al candidato del PAN, Felipe Calderón, señaló que "los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del Partido (PRD) aún están en espera de su definición frente al neoliberalismo, el ALCA, el libre comercio, la privatización de las aduanas...".

La llegada de un populista demagogo al poder no se traduce en forma alguna en ventajas económicas duraderas para la población. Por el contrario, comete una torpeza tras otra, aplicando políticas públicas que comprometen cada día más el futuro económico del país. Eso es precisamente lo que está sucediendo en Venezuela, donde Chávez adopta una posición bravucona frente a las empresas privadas, que poco a poco reducen, posponen o suspenden sus planes de inversión en ese país. Algo similar ocurrirá en México si, como todo parece indicar, Andrés López se convierte en Presidente mediante el voto de la población el próximo 2 de julio.

Salvador Kalifa es doctor en economía y consultor económico y financiero.
Su e-mail es: salvadorkalifa@prodigy.net.mx

martes, diciembre 13, 2005

 

El lío de las autonomías

Algún alma caritativa debería explicarle al candidato presidencial del PRD lo que hacen el SAT y las Comisiones Bancaria y de Seguros.
Si AMLO cree que de haberles dado autonomía se le hubiera quitando al Ejecutivo la posibilidad de definir las políticas fiscal y financiera, es que no se entiende lo que hace la Secretaría de Hacienda.
Y, si no entiende la diferencia entre los que hacen la política y los que supervisan y ejecutan, quién sabe qué más no entenderá... y por lo visto, los que están cerca de él y sí entienden, mejor dejan pasar la bolita.

enrique.quintana@reforma.com

El Norte, 12 de diciembre 2005

 

ARGUMENTAR

Jesús Silva-Herzog Márquez, El Norte, 12 de diciembre 2005

Hace unos días pudimos observar a Andrés Manuel López Obrador tomando protesta como candidato del PRD a la Presidencia de México. Naturalmente, no hubo ninguna sorpresa en sus palabras. Ninguna innovación: la reiteración de sus motivos, sus propuestas y sus muletillas. El país desesperado; la conspiración de los poderosos; la omnipotencia de su deseo y la fe en sí mismo. Ahora coquetea con una nueva fórmula para nombrar su mesianismo: purificación de la vida pública.

El rayo de la esperanza se ofrece ahora, no solamente como nuestro profesor de civismo y guía de la felicidad nacional, sino como detergente moral. El discurso colecciona los lugares comunes. Los malvados empeñados en destruir al país mientras los buenos mexicanos que representan al país profundo resisten con la fuerza de su esperanza. Ni un asomo al mundo exterior, ni a las exigencias de la contemporaneidad. Su México flotando en el vacío, en la isla de un nacionalismo que ve atrás para encontrar orgullos y cierra la ventana para no contaminarse con las lecciones del mundo. El ambicioso proyecto resulta preservacionista. Lo que propuso en el Zócalo de la Ciudad de México es todo menos el cambio de fondo que proclama. Un retorno al preneoliberalismo. "Proyecto Alternativo de Nación" llama López Obrador a un montón de naderías reaccionarias. Antes que cualquier otra cosa, el candidato apuesta a sí mismo: a la fuerza de su pedagogía moral, a la propagación de su castidad y a la energía transformadora de su voluntad.

El discurso de López Obrador es su discurso de siempre. Una pieza más de la izquierda que tenemos desde que los priistas se apropiaron de ella: una izquierda nostálgica, antiliberal y populista que no se ha preocupado por ser contemporánea del mundo. Una izquierda sin propuesta de reforma institucional; una izquierda de caudillo; una izquierda provinciana que no habla el lenguaje del presente; una izquierda desprovista de soluciones técnicas; una izquierda armada tan sólo de indignación y moralismo.

El sermón es todo menos el discurrir de un argumento. Los poderosos son malignos, yo soy bueno y los salvaré. ¿Cómo? Siendo yo: alma pura, amante de los héroes y enemigo del diablo. La ensambladura del discurso de López Obrador es religiosa, no política. La retórica del tabasqueño no es simplemente arcaica: es la prédica de un fraile que pretende comunicar una fe. López Obrador huye del razonamiento. Su cerebro produce un manojo de frases hechas que sirven para cualquier ocasión. Parece repugnarle el razonamiento. El argumento, la prueba, el cálculo, la reflexión le resultan deportes extranjeros. Es decir, pasatiempos sospechosos. Hace unos cuantos días hubo de confrontar alguna encuesta que mostraba su descenso en las preferencias electorales. Frente al desafío, el candidato no encontró más salida que descalificar a los encuestadores, acusarlos de inmorales y repetir la cantaleta de su gallo indesplumable.

Pero de inmediato, el candidato perredista encontró la salida perfecta: "La libertad no se implora. Se conquista". Silencio: el candidato ha pronunciado una sentencia de hondísima sabiduría. El auditorio quedó pasmado ante la frescura de la frase. La pregunta que modestamente podría hacerse quien escucha esa expresión grandilocuente es, ¿qué diablos tiene que ver eso con las encuestas y la popularidad del candidato? Nada. No tiene nada que ver. Pero es revelación de una forma de hablar que se cuida de no descender jamás en la trampa del argumento. Hablar como pancarta.

Quienes han querido debatir con López Obrador desde el PRD o desde la izquierda han recibido el ninguneo del caudillo. Cuauhtémoc Cárdenas ha tratado de confrontar ideas con él. Lo que ha recibido es el desprecio disfrazado de respeto. El subcomandante Marcos ha denunciado a López Obrador. La respuesta del desinfectante fue la misma: respeto a los zapatistas pero no voy a debatir con ellos. Y quienes objetan las posiciones de López Obrador fuera de su círculo de partidarios no reciben ya el silencio sino el insulto: sus críticos resultamos siempre cómplices a Aquel Que No Debe Ser Nombrado. López Obrador no debate porque no conoce el oficio de argumentar. Su mente, como la de buen predicador, sabe de sermones pero no de alegatos, pruebas, demostraciones. Hablar cosiendo lemas, consignas y lugares comunes.

La cerrazón de López Obrador no proviene del dogmatismo de la antigua izquierda de inspiración marxista. La incapacidad de López Obrador para articular un argumento tiene dos raíces. La primera es la vacuidad ideológica del PRI: nacionalismo plagado de símbolos, de falacias e ignorancias colosales. ¿Para qué pensar si el mural lo muestra todo tan coherentemente? ¿Por qué argumentar si el aplauso brota del elogio al auditorio? Si los héroes están de mi lado, ¿qué importa que los números no concuerden con el plan? La segunda raíz de esa nulidad argumentativa es el bebedero intelectual del tabasqueño: el periodismo de la indignación. Cada palabra del líder se enmarca con signos de admiración. Cada evento, un motivo para el escándalo y un reivindicación de la pureza propia. Oír hablar a López Obrador es ver el despliegue de mil portadas de Proceso. Así razona el candidato perredista, como redactor de titulares de la indignación. ¡Obscenidad! ¡Aberración! ¡Repugnancia! ¡Depravación! Y de la exclamación a la autocelebración moral. De ahí al vacío programático y a la indiferencia por la técnica. Ellos son inmundos, yo impoluto.

Pancartas supliendo ideas, consignas en lugar de respuestas, lemas para no perder el tiempo con razones. Andrés Manuel López Obrador encarna el fracaso de la izquierda contemporánea mexicana como ámbito de la deliberación.

 

AMLO: Peligro para México

Catón, El Norte, 12 de diciembre 2005

Tiene atractivo el lema de campaña de López Obrador, y está puesto en razón: "Por el bien de todos... primero los pobres". Desde antes que empezara la carrera por la Presidencia manifesté mi idea en el sentido de que hoy por hoy México necesita un gobierno de izquierda que atienda las necesidades de los mexicanos pobres, e incluso cité el nombre de la persona que a mi juicio debía encabezar ese gobierno: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Pienso que la lucha contra la pobreza debe ser la máxima prioridad en las acciones públicas, pues si no vamos hacia los pobres ellos vendrán contra nosotros.

El lema de AMLO corresponde a tal necesidad. No creo, sin embargo, que él sea la persona indicada para cumplir esa tarea. Políticos como él, autoritarios, populistas, desdeñosos de la legalidad, impreparados, terminan siempre haciendo más daño que bien a los pobres a quienes dicen que van a redimir. El discurso que pronunció López Obrador al rendir su protesta como candidato del PRD me inquietó por su simplismo. Bien sé que el tabasqueño debe hacerse entender principalmente por una clientela electoral que en su mayor parte no ha tenido acceso a los bienes de la educación, pero me preocupa la elementalidad de sus pronunciamientos. Eso de decir que "La pobreza es por la corrupción que ha imperado en el País" es reducir las cosas a un nivel de simpleza estremecedor. Ciertamente: "Es mucho el dinero que se va por el caño de la corrupción" (Habrá que preguntarle a AMLO, entre paréntesis, cuánto dinero se fue por esos dos caños llamados Ponce y Bejarano).

Pero el problema de la pobreza en México es muy complejo, y obedece a factores numerosos y diversos, no a una sola causa. Tampoco se aliviará el problema reduciendo los salarios de los funcionarios públicos -antes bien eso propiciaría la llegada de incompetentes y mediocres-, ni suprimiendo "el presupuesto para ropa o para el protocolo y el ceremonial". Ningún problema se solucionará si López Obrador se va a vivir al Palacio Nacional, y no a Los Pinos. Eso causaría más gastos que ahorro, por la necesidad de habilitarle su residencia en un lugar que desde hace mucho tiempo ya no es morada de los Presidentes. Todos esos pronunciamientos son demagogia pura, oropel que sólo deslumbra a quienes por desgracia no pueden discernir las cosas. Una de dos: o López Obrador dice todo eso a sabiendas, para atraerse votos, o lo dice convencido de su verdad y validez. En el primer caso sería deshonesto; en el segundo sería insensato. Y en cualquiera de los dos es un peligro para México...

 

Ebrard: mala señal

Juan Ciudadano, El Norte, 12 de diciembre 2005

El Distrito Federal es, por culpa de Andrés Manuel López Obrador, y ahora de Alejandro Encinas, la entidad más rejega para permitir el acceso a los documentos públicos.
El Gobierno del DF ha permanecido cerrado, a pesar de reformas legales, cambios de consejeros de transparencia, contratación de asesores y muchos discursos en los que se asegura que ahora sí va en serio.Como en muchos otros temas, la esencia del problema es la impunidad.

Hasta hoy, nadie ha sido castigado por no entregar un documento, nadie ha recibido un llamado de atención público por incumplir con la Ley local, nadie ha sido exhibido como un funcionario que evade sus obligaciones de transparentar.
La transparencia estancada de la Capital es producto, sobre todo, de la impunidad, antes incluso que de la necesidad de perfeccionar sus normas.

Con estos antecedentes es una lástima que Marcelo Ebrard haya desaprovechado su primera oportunidad de mostrar una nueva cara en un tema que es el mayor déficit del PRD en la Capital.
A Ebrard se le pidió el desglose de sus gastos campaña al interior del PRD y él ignoró la petición.
Igual que López Obrador, Ebrard está haciendo de la transparencia un tema de discurso -"seremos un gobierno austero, eficiente y líder en materia de transparencia"-, pero sin consecuencia en la práctica.

Ante esta constante de quienes han gobernado el DF en los últimos años, resulta crucial que los nuevos comisionados de transparencia que habrán de nombrarse para el DF sean personas con la fuerza para llamar a cuentas a cualquier servidor público, empezando por el Jefe de Gobierno. Es cierto que, en general, a las leyes mexicanas les faltan dientes para inhibir su violación, pero aun bajo estas limitaciones, hay recursos para elevar el costo para aquellos que quieren seguir ejerciendo el poder en una caja negra.

El mejor ejemplo, aunque no el único, es el caso de Jalisco, donde el Instituto de Transparencia e Información Pública (ITEI) presentó una denuncia penal contra el Gobernador Francisco Ramírez Acuña por abuso de autoridad. ¿En qué consiste este abuso de autoridad?: En negar una copia del recibo de nómina del Gobernador.Dado que el denunciado actualmente tiene fuero, el juez tendrá que seguir este proceso a partir del 1 de marzo de 2007, cuando Ramírez Acuña deje el cargo de Gobernador. También en Jalisco, el ITEI resolvió aplicar esta misma sanción a un Presidente Municipal que se negó a facilitar un documento que le fue solicitado.En el Estado de México, los Diputados interesados en el tema ya se dieron cuenta -ante lo recurrente de las violaciones a la Ley- de lo crucial que resultan las sanciones, tema que fue menospreciado a la hora de elaborar su Ley de Transparencia.

Un castigo más a la mano de cualquiera de los órganos de transparencia es el de exhibir a quienes incumplen.Para este propósito es un buen precedente que el IFAI haya hecho públicos los 600 expedientes sobre procesos que se le siguen a funcionarios públicos del Gobierno federal por negarse a facilitar información.El tema de los castigos, es decir, de la urgencia de dientes para las leyes de transparencia, se ha convertido en una de las reformas indispensables a considerar en la revisión que ya se empieza a hacer de las leyes -federal y estatales- por los interesados en el tema.Si la deficiencia resulta evidente, no en una, sino en la inmensa mayoría de las entidades públicas mexicanas, no hay tiempo que perder para modificar las leyes.

juanciudadano@juanciudadano.com

Juan Ciudadano es el nombre de pluma de un grupo de personas preocupadas por el derecho a la información.

domingo, diciembre 11, 2005

 

EL PRIVILEGIO DE ENGAÑAR

Por Pablo Hiriart, La Cronica.

"Si López Obrador nos quiere engañar con sus propuestas de gobierno, no será la primera ni la última vez que lo intente. Es su costumbre. Pero se necesita atención médica urgente para quienes le crean sin siquiera percatarse que López Obrador no viene de la oposición sino de ejercer el gobierno durante cinco años en la capital del país. Así es que sus promesas —50 puntos— tienen que medirse con el rasero de lo que hizo como gobernante. Promete mejorar la seguridad. ¿La mejoró? Promete aumentar el empleo. ¿Lo aumentó? Promete cobrar mejor los impuestos. ¿Fue más eficiente para cobrar? Promete combatir a fondo la corrupción. ¿La combatió? Promete reordenar la deuda pública. ¿La reordenó? Promete respetar la autonomía del Legislativo. ¿La respetó? Promete acatar las leyes y las resoluciones del Poder Judicial. ¿Las acató? Promete bajarse el sueldo a la mitad él y sus secretarios. ¿Se lo bajó? Promete mejorar la atención en el IMSS y en el ISSSTE. ¿La mejoró en los centros de Salud del DF? Promete elevar la calidad de educación. ¿La mejoró? Promete no usar el cargo para ayudar amigos ni para destruir adversarios. ¿No lo usó? Está bien que seamos un país desmemoriado, pero no puede haber tanto cinismo como para olvidar que López Obrador gobernó la capital del país los últimos cinco años. " ...

Para leer el resto ir a la siguiente liga:

http://www.angelfire.com/extreme/DanyPortales/TUCAMLO/amlo-mentiroso

Datos duros, no demagogia ...

 

AMLO EN CARNE Y HUESO

El sábado 9 de octubre DEL 2004 tuve la oportunidad de asistir al Foro de Política Económica organizado por la Sociedad de Alumnos de la Licenciatura en Economía del ITESM. En dicho foro por fin pude conocer en persona a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pude escuchar un discurso suyo completo, hacerle preguntas y escuchar sus respuestas sin que ningún medio de comunicación sirviera como intermediario. Reconozco que todo lo que había escrito y comentado con anterioridad sobre AMLO estaba basado principalmente en lo que escuchaba o leía de terceras personas en los medios de comunicación electrónicos o escritos. Aunque siempre he tratado de quitar la paja que los periodistas y reporteros siempre agregan a sus escritos buscando los datos, los hechos, las citas exactas, el contexto, nunca va a ser lo mismo escuchar directamente a una persona que recibir la información de terceros.

Para muestra un botón, el domingo busqué en el periódico El Norte/Reforma (para mi juicio uno de los más objetivos y balanceados medios impresos que hay en México) todo lo referente al citado evento así como lo sucedido con AMLO y la verdad dejó mucho que desear. Lo poco que se reportó si es verídico, pero mucho de lo que no se comentó también era muy importante y podía cambiar la impresión sobre el discurso y lo allí sucedido. Apareció en primera plana, mas no como la nota principal, una pequeña reseña titulada “Desata López Obrador risas en el Tec” donde sólo comentan que cuando AMLO tocó el tema del “…hincapié sobre su política de combate a la corrupción, …arrancó ayer las risas entre los asistentes al Foro de Política Económica, organizado por estudiantes del Tec de Monterrey.” Comenta la nota también que hubo algunas voces mencionando a René Bejarano, quien fue captado en video recibiendo fajos de billetes de Carlos Ahumada. Sin embargo, no comentaron en ningún lado que en varias ocasiones AMLO también “arrancó” aplausos del auditorio, sobre todo a su llegada y al final, en su despedida. Hubo otra nota sobre el tema, pero en la sección Local de Monterrey, donde transcriben algunos comentarios que hizo el economista y ex gobernador de Nuevo León, Sócrates Rizzo García, donde cuestiona a AMLO para que dé cifras reales en sus discursos, citando textualmente: "Hay que tener cuidado con esas cifras que creo que López Obrador no las manejó adecuadamente. No diría que están manipuladas, lo que yo creo es que deben manejarse, sobre todo en un foro de economistas, las cifras deben manejarse con mucha seriedad".

Aunque como mencioné líneas arriba, siempre he tratado de ser muy cauteloso cuando escucho o leo alguna noticia para quitar la paja y quedarme con los hechos lo más posible, sin lugar a dudas de no haber asistido al evento me habría quedado con la impresión de que los asistentes rechazaron a AMLO por sus mentiras. Esta experiencia me sirve para reforzar mi comportamiento cauteloso y, hasta cierto punto, escéptico cuando escuche o lea una noticia en los medios. Hoy entiendo bastante más al presidente Fox cuando ha criticado a los medios sobre cómo se enfocan en lo negativo y que sacan muchas declaraciones de contexto tan sólo para dar la nota. Comprendo ahora la nueva estrategia de comunicación social de la Presidencia llamada “Las buenas noticias también son noticia”, en la cual se enfocan a recopilar notas periodísticas y eventos que por lo general aparecen en páginas internas de los diarios, sumamente resumidas y aparentemente sin mucha trascendencia pero que son buenas noticias.

Otro ejemplo, al final de la conferencia se armó una pequeña trifulca entre aproximadamente 10 o 12 reporteros y 2 estudiantes del ITESM que resguardaban una puerta por donde salió AMLO. Ignoro a ciencia cierta si Andrés Manuel otorgó o no alguna conferencia de prensa al final del evento, hasta donde tengo entendido no lo hizo, y ese era el acuerdo con los estudiantes organizadores. El poder real del “cuarto poder”, de la prensa, de los medios de comunicación, se hizo evidente en ese instante. De manera abusiva y prepotente los “periodistas” acosaron a los dos pobres estudiantes que no eran otra cosa que colaboradores de bajo nivel en el evento (seguramente estudiantes de primeros semestres, unos adolescentes) cuando éstos cerraron las puertas empujando en el proceso a los reporteros que querían ingresar a toda costa a un lugar al que no tenían derecho. Les echaban las cámaras, las luces, los micrófonos, las grabadoras encima, acusándolos de porros, de que los habían golpeado (si claro, dos estudiantes contra 10 o 12 adultos), de que tenían todo grabado. Fue tal la injusticia que presencié que no pude evitar meterme a apoyar a los jóvenes, en un segundo tenía a todas las cámaras y reflectores sobre mí, haciéndome las mismas preguntas de manera intempestiva, irreverente, prepotente, sin tiempo a contestar o pensar la respuesta. Sólo acerté a acusarlos de prepotentes, de que fueran responsables de sus actos y dichos, pues ellos eran el cuarto poder. Me replicaron que habían sido golpeados, a lo cual les dije que si acaso era la primera vez, el primer evento, donde recibían un trato semejante. Contestaron que no, y ahí les dije que meditaron sobre ello, ¿acaso no eran ellos los causantes del trato que recibían precisamente por su manera de pedir las cosas, por su propio comportamiento? Entre empujones y luces sólo acerté a reconocer a periodistas de Televisa y del grupo ACIR, no pude reconocer de dónde venían los demás. Otra persona empezó a opinar lo que me dio la oportunidad de terminar con mi “entrevista de banqueta” de la misma forma tempestuosa como empezó. Ahora entiendo mejor a todos aquellas figuras públicas que con frecuencia se hartan de los desplantes de los medios con escandalosas consecuencias.

Pero volviendo al tema de AMLO, quiero platicarles de mi experiencia, de lo que capté, de cómo lo vi, de lo que escuché. Obviamente, estimado(a) lector(a), usted tendrá que confiar en mi dicho, tendrá que quitar la paja, lo subjetivo, de mi escrito y tratar de buscar su propia verdad. Sin lugar a dudas Andrés Manuel es sumamente carismático, tiene una personalidad fuerte, convincente. Cuando habla lo hace con tal naturalidad y soltura que es difícil no creer lo que dice. Dice las cosas con tal determinación, con tal autoridad que te envuelve. Su plática no es cansada, mucho menos aburrida, sabe cuando hacer el comentario chusco, mordaz, que arranca la risa del auditorio, manteniendo la atención siempre en muy buen nivel. Es todo un político en la extensión completa de la palabra. No se inmutaba ni se daba por enterado de los gritos aislados que de vez en cuando sonaban en el salón del Centro Estudiantil del ITESM replicándole sobre lo que hablaba en ese momento, sobre Ponce, Bejarano, su populismo. Para una persona promedio, que no conozca sobre economía, política nacional, macroeconomía, políticas económicas de otros países, o cifras, cuando escuche a AMLO las posibilidades de que sea convencido son muy altas. Su mensaje fue muy general, poco específico, hubo pocas cifras, por no decir ninguna. Sabía que se encontraba en un ambiente poco normal, fuera del promedio, entre gente que si sabía de economía, que sabía de cifras, con estudios profesionales, por eso fue cauteloso. Preparó muy bien su discurso pensando en el tipo de audiencia que tendría, los temas que trataría, y sobre todo cómo y en que profundidad los manejaría.

Por lo anterior la mayor parte de las incongruencias o mentiras que encontré en su discurso ocurrieron hasta la sesión de preguntas y respuestas, donde ya no llevaba un texto escrito. Fueron 7 temas donde AMLO, para mí, se contradijo o mintió abiertamente. Obviamente el hilo de su discurso giró sobre el “modelo neoliberal” con el cual se ha manejado la política económica de México en los últimos 20 años. Mencionó al inicio de su presentación que muchos otros países habían crecido y disminuido la pobreza en esos mismos 20 años. Entre otros mencionó a España, Chile, Korea, China y la India. Para él esos eran países que ejemplificaban que si se podía crecer. Sin embargo, minutos y párrafos después, cuando hablaba de que la política económica en México se diseñaba desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y que las reformas estructurales (que sólo eran una moda) no se requerían, se contradijo pues precisamente esos países que él mencionó como ejemplos son países que han seguido también directrices de esos organismos internacionales y que han crecido y siguen creciendo porque han hecho reformas estructurales. Por ejemplo China, tiene un IVA a todos los productos y servicios, sin excepción, del 17% y una tasa de ISR muy baja, del orden del 11% e incluso, para algunas inversiones y sectores hay exenciones al ISR en los primeros años de operación de una empresa. También en China, supuestamente un país comunista, si se permite la inversión privada (incluida la extranjera) en petróleo y generación de energía. Este fue su primer yerro.

Se le cuestionó sobre si habría sido mejor tener una corrida bancaria, un colapso del sistema de pagos nacional, como ocurrió mas o menos en Argentina, al rescate bancario y que, en todo caso, no había sido un rescate a los ahorradores. Simplemente no contestó, se salió por la tangente, afirmando que el FOBAPROA había sido el fraude más grande que había tenido la nación y que él ya había escrito un libro sobre el tema. Nadie niega ya que mucha gente, políticos y banqueros principalmente, hicieron su agosto con el rescate bancario, la pregunta no era sobre si hubo o no fraudes o sobre si se deberían perseguir y castigar a los que los cometieron. La pregunta iba encaminada, como foro económico que era, sobre los problemas, la crisis que habría causado una hipotética “corrida” bancaria a nuestro sistema de pagos nacional. O no supo o no quiso contestar.

Su tercer tropezón fue cuando afirmó que los malos manejos económicos del gobierno entre 1970 y 1982 ya no afectaban de ninguna manera al presente, que eso había sido hace muchos años, que no era posible que siguieran teniendo efecto sobre nosotros al día de hoy. Primero hay que reconocerle que acepta y entiende que durante los sexenios de Echeverría y López Portillo tuvimos una pésima administración pública. Pero de plano es un ignorante o no le conviene aceptar (pues se cae su teoría de que el neoliberalismo es lo que nos tiene en el retraso actualmente) que lo ocurrido en esos años nos sigue afectando en estos días. Primero que nada, la deuda, hasta 1970 no teníamos y en esos dos sexenios empezaron las crisis, las devaluaciones las altas inflaciones que se han comido nuestro poder adquisitivo. Además, en 1980 los estados tuvieron un acuerdo con la federación para que todos los impuestos fueran administrados por el centro y devueltos a los estados en complejísimas e irracionales fórmulas, se convirtió al Estado en un dependiente de los ingresos petroleros, había que “administrar la abundancia”. Es por eso que hoy en día necesitamos una reforma fiscal, es por eso que PEMEX es ordeñada por el gobierno imposibilitándole su crecimiento. Y por último, en 1982 se nacionalizó la banca, el gobierno asumió una deuda igual o mayor que el FOBAPROA para comprar los bancos, acabó con la experiencia bancaria, y politizó a todo el sistema de pagos nacional. Esta es la causa raíz de la crisis de 1994-1995, misma que estamos pagando. Que irresponsable es al afirmar que lo ocurrido entre 1970 y 1982 no tiene efecto sobre nuestro presente. ¿Será porque en esos años él era un militante del PRI?

Su cuarto yerro tiene que ver precisamente con PEMEX. En un momento del discurso afirmó ufano que el 35% de los ingresos del gobierno venían de la paraestatal, que de esa manera se garantizaba que la misma estaba al servicio de todos los mexicanos, que sus beneficios llegaban a todos. Sin embargo, en otro punto del discurso se quejaba de que el gobierno sangraba las finanzas de PEMEX limitando la inversión y poniendo a la empresa al punto de la quiebra técnica. ¿Entonces, quién lo entiende? ¿Es bueno o no es bueno que el 35% (por cierto la cifra correcta es tan solo del 28%) de los ingresos del gobierno vengan de PEMEX? Se tiene que definir, urge una reforma fiscal para liberar a PEMEX o no.

También se le preguntó que cuál tipo de subsidio era más eficiente, el subsidio a la oferta o a la demanda y que explicara por qué. Una pregunta netamente económica. De nueva cuenta se salió por la tangente, simplemente comentó que los neoliberales, los tecnócratas siempre satanizaban a los subsidios, que los países del primer mundo tenían muy subsidiadas a sus economías, que era una falacia que los subsidios fueran malos. Nadie dice que no deban existir subsidios en una sociedad, en un mercado, la pregunta era simple, cuál subsidio es mejor y por qué, a la demanda o a la oferta. ¿No entiende AMLO la diferencia o no le conviene entenderla? Es delicado que alguien que aspira a la Presidencia de México no entienda esos conceptos.

Su sexto comentario controversial giró respecto al endeudamiento del DF. Afirmó que la administración de Cárdenas-Robles le había heredado una deuda de 28 mil millones de pesos y que, descontando la inflación, el crecimiento neto del GDF había sido tan sólo del 5% anual. Que eso estaba dentro de los estándares mundiales. Primero que nada, habría que revisar la cifra de los 28 mil millones, pues según datos que yo tenía había sido de 20 mil millones. Concediéndole la razón a AMLO respecto al monto inicial, lo que si es mentira es que los estándares mundiales estén referidos a un porcentaje dado. Una economía como China con crecimientos anuales del PIB del orden del 7 o 9%, pueden incrementar su endeudamiento neto en más o menos la misma proporción, siempre y cuando dicho incremento del PIB permita un incremento similar en los ingresos gubernamentales con los cuales se pueda pagar dicha deuda. O, en su defecto, que la deuda se utilice en activos que producirán ingresos adicionales para el gobierno o que generarán un incremento del PIB, redundando en más impuestos. Resumiendo, un 5% de crecimiento anual de la deuda no nos dice nada, no necesariamente esta dentro de los “estándares”. Habría que ver cuánto creció el PIB del DF en esos 4 años, pero sobre todo, cuánto crecieron los ingresos del GDF. Toda la economía nacional en esos 4 años estuvo estancada, el DF fue una de las ciudades con mayores índices de desempleo abierto, y los ingresos netos del DF no aumentaron con la misma rapidez con que lo hizo su deuda, en conclusión, el GDF si ha tenido un sobreendeudamiento. Que no trate de engañarnos.

Dejé para el final la mentira más grande que dijo AMLO este pasado sábado. Afirmó que el DF aportaba más de 400 mil millones de pesos al fisco federal y que tan sólo recibía de regreso 21 mil millones de pesos de participaciones federales. Negó categóricamente que el DF viviera subsidiado del resto del país. Sin embargo las cifras no cuadran. El DF recibe tan sólo en educación (la manzana de la discordia en el asunto a la reforma del artículo 122 de la Constitución) casi 30 mil millones de pesos. Que hoy en día eso sea administrado directamente por la SEP es otra historia. Decir verdades a medias no es otra cosa que mentiras completas. Además, se le olvida a AMLO que la razón de que el DF entregue muchos ingresos a la SHCP en materia de ISR e IVA es porque la mayoría de las grandes empresas tienen registrados a sus corporativos en el DF, por eso es ahí donde se reportan esos impuestos aunque hayan sido generados en otras entidades. También se le olvida a AMLO los subsidios que el Gobierno Federal entrega directamente a las universidades públicas en el DF, como la UAM, el Politécnico y la UNAM, que no son poca cosa. Como dije, para una persona que no conozca sobre economía, macroeconomía, historia reciente del país, cifras y datos, sin lugar a dudas será presa fácil de la “labia” de AMLO, por eso es importante que nos mantengamos informados, que leamos, que estudiemos. No tan sólo por AMLO, sino para estar preparados ante la sarta de mentiras que los políticos y los medios nos quieren hacer creer. Los políticos en promedio sólo dicen la verdad la mitad de las veces, y luego los medios tergiversan eso y recortan la otra mitad, ¿con qué nos quedamos? ¡Aguzados!

Por Dany Portales

 

POPULISMO Y LUCHA DE CLASES

En los últimos meses hemos visto renacer, en el discurso de algunos políticos, los temas del populismo y la lucha de clases que muchos creíamos rebasados. Es tanta la confusión con dichos temas que la mayoría de la gente no entiende exactamente qué significan e incluso llegan a decir que el populismo es bueno o que la lucha de clases todavía existe o es válida. México no se caracteriza por tener una población culta, por eso somos presa fácil de los políticos sin escrúpulos que encuentran campo fértil en la ignorancia de la gente para satisfacer su sed de poder y dinero. En este foro he criticado las políticas populistas del pasado y a políticos populistas del presente. He mostrado con ejemplos cuando una propuesta es populista y cuando no. Sin embargo, todo parece indicar que se tiene que insistir en el tema hasta que quede claro. Pero lo que más me ha alarmado es que en las últimas semanas el discurso populista ha sido condimentado con el de la lucha de clases, lo cual le da tintes aún más peligrosos.

Lamentablemente México es un país mayoritariamente pobre. Poco más de la mitad de la población esta clasificada como pobre y una quinta parte se encuentra en la extrema pobreza. Para uno de cada dos mexicanos le es prácticamente imposible preocuparse por la política del país, por su educación, cuando no sabe si comerá ese día o no. Para la mayoría de ellos la época de elecciones es de bonanza, pues es cuando reciben despensas, dinero, ropa y toda clase de ayuda con tal de ganar su voto. Muchos de ellos complementan sus ingresos con apoyos del gobierno tales como “Contigo” y “Procampo” sin los cuales caerían en la miseria total. Bajo esta perspectiva es fácil entender porque el discurso populista de un político seduce a las mayorías. Para quien no tiene casi nada, que subsiste día con día, que le prometan que le darán dinero, comida o lo que sea, convence. Pocos de ellos entienden que el Gobierno no genera dinero, que todo lo que distribuye, gasta o invierte, proviene de los propios impuestos que cobra a todos los ciudadanos. Para la gran mayoría de los mexicanos el Gobierno sigue siendo el máximo benefactor, la entidad que debe resolver todos los problemas. La mayoría de los políticos se aprovechan de esta ignorancia para llevar agua a su molino, para mantenerse en el poder, para seguir sangrando al Erario, viviendo de los impuestos de quienes si trabajamos.

Una de las obligaciones de todo gobierno es la de crear las condiciones para que exista una sociedad lo más equilibrada posible, que haya oportunidades para todos, salud, educación, seguridad. Es por eso que, cuando hay niveles de pobreza y marginación como los que tenemos en nuestro País, es una obligación del gobierno dar apoyos como “Contigo” y “Procampo”, sin embargo, la diferencia entre una propuesta o política populista de una auténtica política social estriba en la manera de hacerse de recursos para satisfacer esa necesidad. Cuando escuchen a un político prometer que aumentará el gasto en educación, que aumentará los subsidios a los pobres, que dará una pensión a todos los mayores de 75 años, en fin cualquier gasto, sin decir de donde obtendrá los recursos para tal propósito, estamos ante una propuesta o política 100% populista. Populismo no es prometer cosas a los pobres; populismo no es tratar de erradicar la pobreza, o disminuir las inequidades; populismo no es hacer mega obras; todo eso esta bien y es responsabilidad de todo gobierno siempre y cuando se diga, se aclare, de dónde vendrán los recursos para pagar esos gastos. Cuando aquí hemos dicho que los gobiernos de Luis Echeverría y de José López Portillo fueron populistas en los 70’s y a principios de los 80’s no fue tanto por las obras que hicieron o por los incrementos salariales así como prestaciones que otorgaron a los burócratas, sino porque todo eso que gastaron lo cubrieron con deuda pública, con devaluaciones, e imprimiendo dinero sin respaldo.

Un gobernante populista es un gobernante a medias, incompleto. Se enfoca simplemente a gastar a manos llenas sin cuidar las finanzas del gobierno. Un gobernante completo debe cuidar tanto los egresos como los ingresos, pues de lo contrario estaría generando una crisis en el mediano y largo plazo, estaría hipotecando el futuro, es como si yo comprara un auto, lo disfrutara, lo usara, pero quienes pagarían la factura serían mis hijos, sin siquiera haber gozado del automóvil. Eso es lo que sucedió con México, hoy estamos pagando los gastos que hicieron de 1970 a 1982, estamos pagando por los privilegios que se otorgaron entonces a los burócratas, a sus fondos de pensiones. Muchos cegados por su ideología, por su intransigencia o por su ignorancia, no quieren aceptar esta realidad. Por eso, hoy cuando escuchamos discursos populistas, donde nos prometen que se darán pensiones a todos los mayores de 70 años (sin importar que nivel socioeconómico tengan, sin importar si tienen o no alguna otra pensión), que habrá un gasto público en educación equivalente al 8% del PIB, que el gasto en investigación científica será del 1% del PIB, que todos los alimentos y medicinas no causarán IVA (sin importar si son alimentos de lujo o si son ricos o clasemedieros quienes compran esos alimentos, sin tomar en cuenta el hecho de que la gran mayoría de los pobres en México viven en zonas rurales donde compran sus alimentos tianguis y mercados que no causarían IVA), entre otras muchas cosas, pero no se nos dice de dónde vendrá el dinero, no se nos aclara cómo se tendrán finanzas sanas, o si habrá nuevos impuestos, cuando escuchemos lo anterior estaremos ante un populismo descarado que sólo ocasionará que el país siga en crisis, que los pobres sigan en esa condición, que no se generen empleos, que el pueblo siga esperando las soluciones desde arriba en lugar de buscar su propio desarrollo, y eso si, tendremos un político muy popular, con muchos votos, administrando la pobreza en lugar de erradicarla.

El populismo en el discurso no es tan grave pues todos los políticos, ante un proceso electoral, son populistas en mayor o menor grado. Todos prometen cosas que no están seguros si cumplirán pues muchas de ellas no están en sus manos. Sin embargo, cuando llegan al poder ven la realidad y si son buenos gobernantes, o al menos regulares, buscarán mantener las finanzas públicas sanas. Pero si el discurso populista se mezcla con la lucha de clases, entonces si estamos ante un grave problema. La lucha de clases, como su nombre lo indica, es sinónimo de violencia, de intolerancia, de intransigencia, de desacuerdo. Hablar de una lucha entre clases significa hablar de división de la sociedad, de antagonismo, de enemistad. ¿Cómo puede haber dialogo en una sociedad cuando se apela a la lucha de clases si, por definición, ésta significa que las clases sociales tienen objetivos distintos, irreconciliables? La lucha de clases es tan intolerante como el racismo, no hay posibilidad de un acuerdo. Todo aquél que recurra a esta filosofía o ideología, la división de la sociedad en clases, como argumento para justificar su ambición por el poder, como pretexto para aglutinar a un sector de la sociedad en una lucha fraticida, es un apátrida, pues no busca el beneficio de la Nación como un todo, sino que, por medio de la fragmentación de la misma, pretende destruir una parte de ella para crear una utopía aunque en el camino la destruya toda.

Muchos afirman que si existe una lucha de clases partiendo del hecho de que si existen clases sociales. Nadie pretende negar que se puede dividir a la sociedad, en sectores o niveles económicos como forma de estudio, pero dichos niveles son arbitrarios, ¿Cómo podemos definir donde empieza la clase trabajadora y dónde la burguesía? ¿Y la clase media dónde queda? He leído incluso la aberración de que la clase media no existe o de que ésta ha sido prostituida por la clase alta, por los ricos, y por ende han perdido toda probidad moral. En fin, se crean tantas definiciones con tal de justificar la existencia de dos grupos antagónicos en la sociedad, cuando se ha probado, innumerables veces, que cualquier grupo de personas, a través del tiempo, van creando diferencias económicas entre si que dependen directamente de las diferencias físicas e intelectuales de cada individuo. Veamos hoy a esas dizque naciones comunistas, que aún existen, en el mundo ¿Hay o no hay clases sociales en el comunismo? Claro que las hay; la antigua burguesía, la aristocracia, los ricos, fueron aniquilados o expulsados del país, pero fueron sustituidos por los burócratas, por los militantes y gobernantes del partido comunista. Ellos viven en las mejores casas, comen de lo mejor, tienen autos lujosísimos, mientras que la gran mayoría del pueblo se sumerge en la pobreza. Dicha repartición inequitativa de la riqueza sólo se compara a la que existía en la edad media, cuando un puñado de “nobles” tenía toda la tierra, toda la riqueza, y el pueblo era prácticamente esclavo de “su señor”.

La lucha de clases tuvo un momento en la historia, un lugar, hace poco más de 100 años. En el inicio de la era industrial, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, la clase trabajadora, los obreros en general, eran explotados por la burguesía, dueña de los medios de producción. En aquél entonces no tenían prestaciones, los sueldos eran raquíticos, no había día de descanso, ni vacaciones, ni seguridad social, ni jubilaciones. A los dueños del capital no les interesaba el bienestar de sus trabajadores, lo único que importaba era producir más, vender más, ganar más. Sin llegar a decir que la clase trabajadora hoy esta en la Gloria, pero aceptando también que se ha avanzado mucho en material laboral, podemos decir que las cosas son muy distintas hoy en día. Los dueños del capital aún buscan maximizar sus ganancias, y lo seguirán haciendo mientras haya seres humanos en este planeta, pero las condiciones laborales han cambiado, hoy la mayoría de los empresarios se preocupan por la capacitación y bienestar de sus trabajadores, no por filantropía, sino porque saben que un trabajador contento y saludable es mucho más productivo que uno enfermo y cansado. Hoy, cuando la globalización exige que las empresas tengan productos con calidad excelente, un nivel de servicio de primera, productos mas tecnificados, mas elaborados, el valor de los trabajadores en una empresa es muy alto. Se busca minimizar la rotación (que afecta directamente a la calidad y a la producción) con mejores empleos, con prestaciones, con entrenamiento. Nadie niega que hay todavía muchos empresarios que explotan a sus trabajadores, que no les importa, pero cada vez son menos. Hoy estamos precisamente en un punto medio donde muchas empresas trasnacionales han movido sus fábricas a países en desarrollo donde las leyes laborales no son tan estrictas, para pagar sueldos bajos y con pocas o nulas prestaciones, pero la tendencia, en esos lugares, siempre ha sido al crecimiento económico, mejores sueldos y más prestaciones.

Sin embargo el otro lado de la moneda no canta tan mal las rancheras. Los movimientos sindicales han dado muchos frutos para bien de la clase trabajadora. Hoy se cuenta, como mínimo, con un día de descanso a la semana, jornadas de 8 horas, vacaciones, aguinaldo, jubilación, y hasta reparto de utilidades. Pero también hay muchos sindicatos que se han corrompido, que se han prostituido con el gobierno, con partidos políticos en detrimento de sus agremiados. De este modo vemos líderes sindicales podridos en billetes, viviendo en casas lujosísimas, impidiendo elecciones libres y secretas en sus sindicatos, mientras que sus “correligionarios” viven en la pobreza. No, clamar por la lucha de clases no trae nada bueno, al contrario, sólo agrava las cosas, nos divide. Todos los mexicanos debemos convivir en una relación simbiótica, de mutuo beneficio. Los dueños del capital necesitan de la mano de obra, sin ella los medios de producción no producen. Además, ¿quién comprará los productos y servicios que las empresas ofrecen si la clase trabajadora no tiene suficiente nivel económico? Los empresarios inteligentes saben que la clase trabajadora representa a sus clientes potenciales, directa o indirectamente. Los inversionistas, los dueños del capital, saben que si una economía crece, que si la población mejora, representará mayores oportunidades de negocio. De igual forma los trabajadores requieren de los dueños del capital para la generación de empleos. Es un círculo virtuoso, una simbiosis.

Yo he visto cómo individuos con las mismas oportunidades, con los mismos medios, lograron distintas cosas a través del tiempo. En el ejido donde crecí todos tenían, en un principio, la misma extensión de tierra, todos eran iguales en nivel económico. Pero hubo algunos que trabajaron más que otros, que, además de la tierra, pusieron tiendas o adquirieron un camión para trabajar cuando la tierra no lo necesitaba. Con el paso del tiempo, unos cuantos tuvieron más que los demás, mejores casas, dinero, autos. La población creció y no había más tierra por repartir, así que muchos de la segunda o tercera generación se volvieron jornaleros, sobre todo aquellos cuyos padres no hicieron nada por crecer. Su crecimiento se vio detenido. En cambio otros, los menos, al tener mejor nivel económico, pudieron ofrecer más oportunidades a sus hijos y éstos crecieron aún más que sus padres. A la vuelta de 5 décadas “aparecieron” las clases sociales, pero de manera natural, dónde la diferencia estribó en la inteligencia y las ganas de trabajar del individuo, y no en la propiedad de los bienes de producción, pues todos tenían lo mismo.

El mismo caso se repitió, a manera de experimento socioeconómico, en un poblado menonita en Argentina. El pasado fin de semana El Norte publicó un reportaje sobre un grupo de menonitas ortodoxos que emigraron de México a Argentina a principios de los 70’s. Todos llegaron en igualdad de condiciones, y adquirieron pedazos iguales de tierra. Pero por la alta tasa de natalidad que ellos tienen (de 10 a 12 hijos por familia en promedio) su población se duplica cada 18 años, así que, con el paso del tiempo, nuevas generaciones llegan a la edad productiva cuando sus padres aún son relativamente jóvenes, la tierra es finita y no se subdivide entre los hijos. De ese modo, en poco tiempo se “generó” una clase trabajadora entre las siguientes generaciones, que al no contar con tierra empezaron a ser asalariados, jornaleros, de quienes si tenían tierra. Sobra decir que el nivel económico entre quienes tienen la tierra y los que la trabajan es muy distinto. Sólo algunos que se especializaron en algún servicio distinto a la labranza, como la carpintería, pudieron evitar esa realidad.

Los niveles socioeconómicos siempre existirán, es una utopía pretender la uniformidad entre las personas cuando, como individuos, somos distintos unos de otros, en inteligencia, en ambición, en fuerza física. Siembre habrá quienes trabajen más que otros, que sean más inteligentes, y que logren más. Usar a la lucha de clases como argumento sólo nos divide y debilita como nación. Lo inteligente es buscar maximizar la relación entre los distintos estratos económicos en una sociedad para maximizar los beneficios y minimizar los perjuicios. Ese sería el discurso inteligente; buscar que los inversionistas generen empleos, buenos y bien pagados, y que los trabajadores usen su trabajo como detonante de su propio crecimiento. Todo lo demás es populismo, demagogia, una utopía.

Por Dany Portales

 

RETRATO ÍNTIMO DE AMLO

¿Quién es realmente Andrés Manuel López Obrador? ¿Es el militante porfiado y humilde que se identifica con las causas del pueblo hasta en el más mínimo detalle? ¿Es el líder arrebatado y osado que organiza la toma violenta de pozos petroleros y que no se doblega ante nadie? ¿El que alza la voz, pero que en el fondo cree y respeta las instituciones, como algunos dicen? ¿Es el hombre que lanza acusaciones a diestra y siniestra, sin presentar la más mínima prueba, con la convicción de que una mentira repetida termina por convertirse en verdad? ¿Es un profeta que anuncia el fin de los tiempos y más temprano que tarde emprenderá la purificación de la vida pública nacional? ¿Es un político centrista que sabe que la izquierda no tiene más camino que la moderación y la negociación?

Antes de trazar un perfil de este personaje, hay que decir que el fenómeno López Obrador es efecto y resultado de la miseria de nuestra clase política. Fox ya perdió todas las batallas y Roberto Madrazo es visto con desconfianza y recelo. Santiago Creel no ha crecido y no hay ninguna certeza de que en los meses que vienen, ya como candidato, vaya a dar el estirón. El panorama es, ciertamente, desolador.

Regresemos, pues, a la pregunta inicial: ¿Quién es López Obrador? Se trata, sin duda, de un personaje complejo y contradictorio. Su biografía personal y política lo muestra de cuerpo entero. Sobran gestos y acciones de gobierno que nos revelan la naturaleza del personaje. Con AMLO no hay misterios. Quienes le confieren el beneficio de la duda y lo definen como un espíritu hamletiano que se debate entre Lula y Chávez, pierden de vista lo esencial. López Obrador ya fue militante de base y líder regional del PRI. López Obrador emigró al PRD. López Obrador fue presidente nacional del PRD. López Obrador ha sido jefe de Gobierno de la Ciudad de México durante más de cuatro años. López Obrador es el que es y no se oculta. Antes al contrario, se pavonea.

El primer y más evidente rasgo de su biografía está emparentado con la violencia. La muerte accidental (o como haya sido) de su hermano a los 16 años parece haberlo marcado en forma definitiva. Nadie sale indemne de semejante experiencia. Así comenzó el éxodo de su familia. Desaparecieron de Tabasco hasta que al cabo de varios años reapareció el joven López ya como militante priista. Viene después la presidencia estatal del PRI, el "disidente" que reclama lo que no le dieron y que, como muchos otros en otras regiones, se suma al PRD. Se enfrenta entonces a Madrazo, pierde las elecciones locales y crece a base de protestas y movilizaciones. Está en su elemento. Las marchas a la Ciudad de México y la toma de pozos petroleros. Lo sabe hacer. Confía en las masas, no en la ley. La ley puede y suele ser manipulada. El estado de derecho en México es una impostura. Sólo un ingenuo se cobijaría a su sombra y AMLO no lo es. Lo de López es caminar por el filo de la navaja. En la frontera de la ley, la ilegalidad y los barruntos de violencia.

Pero el personaje no se agota allí. Andrés Manuel es un hombre con una misión histórica. Está convencido de ello. Cuando se compara con Benito Juárez, Lázaro Cárdenas, Nelson Mandela o Martin Luther King no lo hace de broma. La Historia (así con mayúscula) lo ha puesto en el lugar correcto y a la hora indicada. De esa certeza y convicción procede buena parte de su fuerza y de su visión del mundo. Maniqueísmo puro, sí, sin duda. De un lado los buenos y del otro los malos. La anécdota que él mismo filtró de su única entrevista con los integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios revela esa parte de su personalidad. En 1997, López Obrador no era nadie. Cárdenas lo cobijaba y lo había puesto al frente del PRD. Sin embargo, ese pequeño gran hombre se apersonó ante los grandes empresarios y les leyó una parábola de la guerra de los 100 años. Los grandes burgueses, fue el mensaje, se deben sacrificar por el pueblo e hincarse ante el Soberano, que generoso podrá siempre perdonarlos. Pero de no ser ése el caso...

Por otra parte, la tolerancia y la lealtad no figuran en su diccionario. López Obrador creció a la sombra de Cárdenas. Fue Cuauhtémoc quien lo hizo y le permitió crecer. A finales de los años noventa su poder en el interior del PRD era enorme. No había hoja que se moviera en el jardín del perredismo sin su consentimiento. No sólo eso. Cárdenas vio con buenos ojos la candidatura de AMLO a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Con tan buenos ojos que su campaña recibió todo el apoyo de Rosario Robles, claramente identificada con los cardenistas. Pero el agradecimiento no duró mucho. Se terminó con la victoria el 2 de julio. Los golpes contra Rosario Robles se volvieron sistemáticos. No hubo misericordia. Había que limpiar la casa. Carlos Ahumada fue proscrito. Era el talón de Aquiles. Ahí había que golpear. Ése es el verdadero origen del conflicto y de los videos.

Otra cara de AMLO es la saña. Una vez en el suelo hay que hacerlos añicos. Ése fue el procedimiento que utilizó con Cárdenas el pasado 24 de abril. La marcha contra el desafuero fue la coronación de López Obrador. Ese día se convirtió en candidato del PRD a la Presidencia de la República e inició lo que podría ser su marcha triunfal hacia Los Pinos. La victoria fue toda suya. Fox se doblegó vergonzosamente tres días después. Cárdenas, que ya se había postulado como precandidato, marchaba en uno de los extremos de la primera fila. Lo hacía a contracorriente, pero no tenía de otra. El Peje, sin embargo, no lo perdonó ni tuvo la más mínima misericordia. Las huestes padiernistas o bejaranistas, lo mismo da, le organizaron una rechifla y le llenaron de insultos. La situación se hizo intolerable y el ingeniero, el "líder moral" del PRD, tuvo que abandonar la marcha. Andrés Manuel no lo quería derrotado, lo quería humillado y fuera del partido y de su movimiento. El ajuste de cuentas ya empezó y aún no ha terminado.

Pero los ajustes de cuentas no serán sólo de orden interno. Lo que vimos el día del desafuero no tiene precedentes. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México desafió a todos los poderes de la Unión. Se refirió a los legisladores como borregos, descalificó a los jueces del Poder Judicial por corruptos y acusó públicamente, sin presentar una sola prueba, al Presidente de la República y al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de formar parte de un complot. No hubo en su alegato ni una sola consideración legal. Se defendió políticamente y anunció movilizaciones para romper el complot en su contra. Profeta en tierra ajena, cumplió todo lo que prometió. Pero nada ha sido olvidado ni perdonado. El Peje está convencido de que Mariano Azuela fue parte de la conspiración y más temprano que tarde le pasará la factura.
De López Obrador se pueden decir muchas cosas, pero no hay duda que es un maestro del ilusionismo y el escapismo. La realidad, mientras él no la reconozca, no existe. El mecanismo se ha repetido una y otra vez. Gustavo Ponce y René Bejarano detenidos y encarcelados no le merecen mayores comentarios: deposité en ellos mi confianza y me traicionaron, punto. ¡Cómo! Pero si el mismo Gustavo Ponce incriminó pública y explícitamente al jefe de Gobierno en los movimientos irregulares de la secretaría de Finanzas. Y Bejarano, en una de las charlas que mantiene con Ahumada, lo menciona por su nombre y refiere que todo lo que él hace es por mandato expreso de López Obrador. Pero nada de eso importa. López se salió por la tangente y ya nadie lo recuerda. Lo único que cuenta es la teoría del complot. Sería tonto negar lo efectivo y hábil que es en ese campo. Pero sólo un bruto confiaría en su sinceridad y honestidad.

En esa misma lógica se inscribe su reacción frente a la marcha contra la violencia del 27 de junio. El jefe de Gobierno se dedicó a denostarla y minimizarla. Porque no sólo no reconoció que el problema existe y le preocupa a la mayoría de la población, sino que además la explicó como parte de la conjura en su contra. Y no menos grave fue el sesgo clasista que le dio a la interpretación: los ricos y los pirruris marcharon, no el pueblo llano que tiene otros intereses y preocupaciones. A final de cuentas, el jefe de Gobierno fue coherente con la visión que tiene de la sociedad y la delincuencia. Los robos y los actos violentos son, en último término, expresión de la pobreza y la miseria, es decir, de la desigualdad social que concentra en algunos cuantos la riqueza (siempre culpables) y margina a las mayorías (siempre inocentes). Por eso incluso un linchamiento colectivo le merece comentarios atenuantes: ante el pueblo haciéndose justicia hay que ser prudentes y mostrar respeto.

Por último, el compromiso de López Obrador con los desheredados de este país no deja de ser curioso. "Primero los pobres" fue un buen lema de campaña, pero jamás se tradujo en una dirección de gobierno. Los segundos pisos son la mejor demostración de ello. No atienden las necesidades urgentes de la ciudad ni de los sectores más pobres. Su sentido y utilidad son meramente electorales. Un mínimo de decencia y honestidad hubiese elaborado otras prioridades y obras. Los elefantes blancos han cumplido, sin duda, su propósito. Todo el mundo los ve y los compara con las inexistentes obras del Gobierno federal. Esa es la ganancia constante y sonante del jefe de Gobierno, pero no de los pobres ni de los habitantes de la Ciudad de México.

Y así como no hubo un proyecto popular en el Gobierno del Distrito Federal, tampoco existe sustancia en el famoso Proyecto Alternativo de Nación. Los 20 puntos son contradictorios, están mal organizados, son francamente superficiales y no se plantean las cuestiones esenciales. Se inscriben en la mejor tradición populista de este país: El Peje propone gastar más en bienestar social, pero no precisa en ninguna parte fuentes efectivas de financiamiento. Y no lo hace porque no le conviene, pero además porque su gestión en la Ciudad de México se ha basado en el endeudamiento público. La puerta es falsa, como lo mostraron López Portillo y Luis Echeverría, pero efectiva mientras no haya que pagar la factura. Y eso es, ahorita, lo que menos le importa a AMLO.

¿Quién es, pues, López: Lula o Chávez? Ni uno ni otro. López es López y su proyecto alternativo de nación es llevar a López a la Presidencia de la República. ¿La silla por la silla? Sí. Pero además se asume como un hombre providencial que el pueblo espera y aclama. Un pueblo, un jefe y un futuro luminoso si no por 3 mil años, sí por unos tres sexenios.

Jaime Sanchez Susarrey, El Norte, 22 de mayo del 2005

This page is powered by Blogger. Isn't yours?