domingo, noviembre 22, 2009

 

El mito de la revolucion mexicana

"No puedes hacer una revolución con guantes de seda". Josef Stalin
 
A los mexicanos nos gusta celebrar los grilletes que nos impiden avanzar. Por eso cada 20 de noviembre festejamos el inicio de una Revolución que no sólo dejó un trágico saldo de muerte y destrucción a lo largo de los años, sino que con el paso del tiempo creó los lastres que nos han impedido construir un país más próspero.

Los políticos mexicanos defienden el mito de la Revolución porque de él han vivido durante mucho tiempo. De hecho les ha servido de excusa para saquear al País. Durante décadas han justificado sus acciones y los impuestos que nos cobran a los mexicanos por una supuesta labor social surgida de la ideología revolucionaria. Pero a un siglo de distancia del triunfo de la lucha armada, México sigue siendo un país pobre y su distribución de la riqueza es una de las peores del mundo. En buena medida la culpa es del sistema político surgido de la Revolución.

Los gobiernos mexicanos del último siglo han querido presentar la Presidencia de Porfirio Díaz como un tiempo de desastre económico y explotación. Los datos históricos, sin embargo, nos revelan que se trató más bien del primer periodo de crecimiento sostenido en el País desde la Colonia. No hay duda de que don Porfirio presidió un régimen autoritario, pero autoritarios han sido también los gobiernos surgidos de la Revolución. La lucha armada no nos trajo nada mejor.

Muchos políticos e historiadores defienden a la Constitución de 1917 como el anhelado fruto del sacrificio de la Revolución. Es el fin que justificó los medios de siete años de guerra y saqueos en que distintos grupos armados se disputaron el País. Pero la Constitución del 17 no sólo traicionó los principios liberales de la de 1857, sino que además se ha convertido en un lastre permanente en los intentos por construir un país más próspero.

La carta magna del 17 es con frecuencia presentada como la primera "constitución social" del mundo. La verdad es que ha destruido riqueza, ha impedido la inversión productiva y ha empobrecido a los mexicanos. La distribución de la riqueza, por otra parte, no parece ser hoy significativamente mejor que la de tiempos de don Porfirio. México se ha quedado estancado durante mucho tiempo, mientras que otros países que eran más pobres que el nuestro, como Corea del Sur, nos han rebasado de manera contundente. Quizá es porque ellos nunca tuvieron una revolución que les impusiera una "constitución social" que impidiera su desarrollo y aumentara su pobreza.

Cuando en una ocasión se le preguntó a Zhou Enlai, quien durante décadas fue primer ministro de la China comunista, cuál era su opinión sobre la Revolución Francesa, él respondió: "Es demasiado pronto para saber". Si bien nadie puede negar el sentido filosófico de la respuesta, hoy podemos darnos cuenta de que quizá no quería saber.

Mao Zedong y Zhou Enlai consideraban a la Revolución Francesa de 1789 como un antecedente ideológico de su régimen. Se negaban a reconocer que la dictadura que ellos encabezaban empobreció de manera brutal a su país. Millones murieron de hambre como consecuencia de la colectivización de las granjas y del desplome de la producción. Si bien los líderes chinos afirmaban, como los mexicanos ahora, que el suyo era un "régimen social", el despegue sólo vino después de que China adoptó un sistema de libre mercado.

A 100 años de distancia, nuestros políticos son bastante más hipócritas. No nos dicen que es demasiado pronto para juzgar a la Revolución Mexicana. Afirman, contra todas las evidencias, que ha sido un verdadero éxito. Se niegan a aceptar que fue el inicio de un régimen que, lejos de ser social, ha mantenido a millones de mexicanos en la pobreza.

 
www.sergiosarmiento.com

 

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Durante casi 80 años los gobiernos “revolucionarios” inculcaron (y se sigue haciendo porque la historia oficial en los libros de texto no se ha revisado) en todos los mexicanos el mito de la revolución mexicana. Sin embargo la realidad es muy diferente. Fue una lucha fratricida donde una minoría de la población tomó las armas, muchos de ellos sin causa real alguna sólo para enriquecerse. Quienes la iniciaron no la terminaron, y quienes la terminaron crearon un sistema político basado en la corrupción y el autoritarismo que nos sumió en el retraso respecto al resto del mundo.

 

Hoy pocos saben (pues en los libros de texto no te lo dicen, mucho menos en los actos oficiales) que después de vencer Porfirio Díaz los revolucionarios se dividieron y lucharon entre sí. Zapata se levantó en armas contra Madero, pretexto que uso Huerta para asesinar a Madero. Zapata y Villa terminaron peleados. Carranza emboscó y asesinó a Zapata. Y finalmente Obregón y Calles pacificaron al país asesinando a Carranza y a Villa, entre muchos otros, y al resto de los “revolucionarios” los “pacificaron” con puestos políticos, tierras, y mucho dinero. De ese modo el poder político y económico, después de 10 años de violencia y más de 1 millón de muertos, simplemente pasó de un grupo minoritario a otro. ¿Cuál logro de la revolución?

 

Investiga la historia de México, de la revolución. No te quedes sólo con lo que nos “enseñaron” en los libros de texto editados por el gobierno. Hace 100 años la riqueza estaba en la posesión de tierras, hoy está en sindicatos, en monopolios estatales y en oligopolios. Los latifundios aún existen, en manos principalmente de políticos. Y todos mitos, paradigmas, de la soberanía, de las causas sociales, del apoyo a los pobres, no son más que la fachada para que los políticos y grupos económicos ligados al poder sigan enriqueciéndose a costa del resto del país.

 

Las revoluciones, los cambios por medio de la violencia no llevan a nada mejor. Sólo destruyen para que otro grupo siga explotando. Un cambio verdadero debe venir con la ruptura de paradigmas, de mitos, de mentalidad, de idiosincrasia de toda la población, o al menos de la mayoría. Un verdadero cambio es aquel que proponga un modelo liberal tanto en lo económico como en lo social, que incentive el desarrollo del individuo. Y es precisamente el individuo, todos y cada uno de nosotros, que primero debemos cambiar nuestra manera de ver las cosas: no hay lonche gratis, todo tiene un costo.

 

Dany Portales

 


Comments:
Dany, solo para solicitar tu autorización para publicar en mi blog el comentario que pusiste al pie del texto de Sergio Sarmiento.

Saludos
 
Adelante, Bugle!

Saludos!
 
Sssshhhh! Que aquí no soy Bugle, soy Morris! ;-)

Uy Dany, si fuera yo un súper héroe y necesitara ocultar mi identidad, tu serías el que me echaba de cabeza. XD

Saludos
 
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